Día a día con nuestros valores construimos relaciones duraderas, personales y de negocios, ya sean empleados directos, proveedores o clientes.

Tener claros nuestros valores, que trasladaremos a todas las áreas y relaciones con los demás, nos ayuda a cumplir nuestros encargos sin sobresaltos.

Hace algunos años viví una triste experiencia.

-Estaba en casa, acababa de regresar de la obra y recibo la llamada de mi amigo que también es arquitecto, con el cual tenía un acuerdo comercial, y me dijo calmado – “Arqui, ya no vamos a trabajar juntos” -.

¡Tal vez demasiado calmado!

No entendí a qué se refería.

Continúo diciendo –“Tampoco continuaremos con nuestra amistad, no quiero saber nada de ti”-.

El acuerdo comercial que teníamos consistía en que lo apoyaba supervisando sus obras y él me proveería de personal para las mías. En ese momento tenía una obra en ejecución, estaba recubriendo la escalinata de acceso a una residencia con sistema ultradelgado y acabado estampado. Era martes, le pedí que me permitiera terminar los trabajos de esa semana a lo cual accedió.

imagen escalinata estampado
Escalinata estampada

Lo extraño es que no me sorprendió, él tenía meses con problemas personales.

No pedí explicación alguna. Aún no sé por qué no lo hice.

Lo cierto es que lo conocía bien, muy bien.

Lo conocí 15 años atrás. Trabajamos juntos en una empresa durante 2 años, después me independice e inicie mi empresa de concreto estampado. La vida nos llevo por caminos diferentes y dejamos de frecuentarnos.

5 años después coincidimos en una obra. Al poco tiempo empezamos a hacer algunos negocios juntos, apoyándonos en lo que podíamos. Eso me ayudo a conocerlo más.

Él era una persona simpática, que sabía congraciarse con los demás. Era muy hábil en “arreglar las cosas” si la situación no le favorecía. Admito que admiraba esas habilidades. Más adelante vi como le daba la espalda a amigos, clientes y familia, solo porque no ayudaban a sus intereses. Aunque no lo aprobaba consideré que no era asunto mío.

Y sí, sí era asunto mío.

Más tarde comprendí que sí era asunto mío y no me sorprendió que se comportara igual conmigo. Es más, creo que se tardó.

Me entristeció saber que nuestra amistad no era intocable.

Y tal como era su proceder con todos, me habló el día siguiente para decirme que necesitaba su personal urgentemente, que no era posible que terminaran la semana en mi obra.

¡No cumplió con su palabra!

Sus métodos no son para nada semejantes a los establecidos en Pictoria, no sé cómo “arreglar las cosas” y no quiero saberlo. Soy puntual y cumplo con lo pactado en cada contrato. No ponemos materiales de diferente especificación a la establecida o menor cantidad, sin importar si la ganancia que esperaba obtener se diluya por cualquier circunstancia. Prefiero platicarlo con mis clientes y arreglarlo a mi manera, con el consentimiento de ambas partes.

Ahora todo eso lo evito al ser fiel a mis valores y los tengo presentes todo el tiempo.

Con nuestros valores construimos todo

Si un empleado, proveedor o cliente están fuera de mis parámetros, simplemente lo dejo ir, porque es lo mejor para ellos, para mí y para los negocios.

Lo he logrado porque recordé que con nuestros valores construimos relaciones. Así elegí los valores que me representan y los describí a mi manera.

Los valores que nos guían en Pictoria son Honestidad, Empatía, Solidez, Servicio y Compromiso. Más valores son importantes para nosotros, como amor, respeto, lealtad, proactividad, perseverancia, disciplina y más. Consideramos que si nos centramos en máximo 5 será más fácil no olvidarlos y tenerlos presentes siempre.

Valores en Pictoria

La definición para mí de cada uno de ellos en mi negocio es:

Honestidad:

Que la información que ofrecemos sea verídica, igual que nuestras intenciones ante cada persona involucrada.

Empatía:

Escuchar y conocer el punto de vista del cliente, considerando el aspecto emocional, saber qué espera de nuestra empresa y de nosotros.

Solidez:

Cumplir con nuestras expectativas y las de nuestros clientes. Estableciendo lo bien hecho como practica diaria.

Servicio:

Lograr excelentes resultados al ayudar en todo el proceso al cliente y a nuestro personal en la toma de decisiones.

Compromiso:

Aceptar la responsabilidad que conlleva cada actividad de nuestra labor y lograr los objetivos establecidos.

Nos mantenemos atentos.

Ahora si alguno de nuestros colaboradores, clientes o proveedores no está alineado a nuestros valores, optamos por platicar con ellos para reorientar las acciones, si no logramos la armonía, buscamos reemplazarlos en un corto tiempo. Con los clientes cumplimos el compromiso contraído y no continuamos con la relación comercial.

Acepto que desde que terminó mi relación con ese arquitecto soy cautelosa con quien trabajo o con quien me relaciono.

Ahora confío en todo mi equipo de trabajo porque tenemos los mismos valores.

Te invito a que adoptes la idea que con nuestros valores construimos relaciones duraderas. Escribe tus 5 principales valores, ponle tus palabras y tu corazón en cada frase, no intentes que suene bien o interesante para los demás, sino que sean un reflejo de ti para ti.

Imprime y colócalo frente a tu escritorio para tenerlos presentes, o mejor aún, colócalo detrás de ti, Para que cada persona que entre a tu oficina lo lea y sepa con quien está tratando.

Te sentirás seguro cada día y podrás negociar bajo tus términos cualquier trabajo o contratación.

¡Éxito!

Leticia Lira.

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